Cremades se duele del "ninguneo" que ha sufrido el municipio con la actitud del club de Evedasto Lifante, señala que la resolución del conflicto es la que "menos ha beneficiado a todos" y anuncia un proyecto futbolístico con los equipos de las bases
¿Por qué no jugará más en Lorquí el ahora denominado Atlético Ciudad?
Porque el club no ha respetado ninguno de los acuerdos alcanzados con el Ayuntamiento. Una vez finalizada la liga, acordamos que el club mantenía el nombre y el Ayuntamiento se comprometía a acondicionar el campo, sobre todo con la remodelación del graderío. El acuerdo era total, pero diversas acciones del club no agradaron a la Concejalía, como la creación de un filial del equipo que militaría en Preferente. La Concejalía decidió que el equipo filial no iba a jugar en Lorquí, medida que no gustó nada en la directiva. Tras un margen para valorar la situación, se celebró una nueva reunión, a la que asistió Evedasto Lifante, propietario del club, quien manifestó que si no aceptábamos sus condiciones el equipo no volvería a Lorquí y se quedaría en Alcantarilla. Estas condiciones eran llamarse Ciudad de Murcia y la cesión de todas las bases al club. Como es evidente, el Ayuntamiento se negó en rotundo y dio por concluida la colaboración con el equipo.
¿Terminó ahí la relación?
No, en septiembre el club contactó conmigo para comunicarme que querían volver a jugar en Lorquí, que mantenían el nombre y que todo seguía igual que el primer año. Evidentemente nada seguía igual, sobre todo después de que Lifante hiciera pública la intención de cambiar la denominación del club por "Ciudad de Murcia" y sus verdaderas intenciones, dejando a un lado a Lorquí y a sus vecinos. No tenía lógica que Lorquí hiciera oídos sordos a sus vecinos y aceptara una vuelta sin condiciones.
Acepté reunirme con Paco Belmonte, director deportivo, y le comuniqué que el club podría disponer de las instalaciones siempre que no interrumpieran el trabajo de los equipos de las bases y abonaran una cuota mensual en concepto de alquiler. Este alquiler sería por horas y, una vez finalizado su tiempo, tendrían que dejar vestuarios y casetas libres para el resto de usuarios. Y el campo de césped natural sería compartido con las bases, sobre todo con los equipos cadetes y juveniles. Además, el equipo debía seguir llamándose Ciudad de Lorquí.
Éstas eran las condiciones del Ayuntamiento, innegociables, que no fueron aceptadas por parte del club y decidieron buscar otros aires, y -por supuesto- cambiar de nombre.
¿Cómo ha sentado en el Ayuntamiento de Lorquí que ese cambio de denominación?
He meditado muchas veces que hemos podido hacer mal, en qué nos hemos equivocado, si hemos estado a la altura de las circunstancias y siempre llego a la misma conclusión: no hemos tratado con gente seria. No toda la directiva, porque muchos se están dejando la piel para que esto salga adelante, responsables del club que han trabajado en nuestra misma línea y sin olvidar a Lorquí, pero al final, y a mi juicio, se ha impuesto la línea que menos ha beneficiado a todos: nuestro pueblo se queda sin equipo en 2ª B y ellos tienen que deambular por el resto de municipios pidiendo campo.
Personalmente lo que me ha sentado mal han sido las formas. Una cosa está clara: Lorquí es un pueblo pequeño y una liga como 2ª B puede quedar un poco grande al municipio, sobre todo a nivel de instalaciones. Con un club con un importante número de socios y una asistencia de público muy numerosa el campo quedaría pequeño y lo lógico es que buscaran otras alternativas. Eso es comprensible. Lo que no es lógico es la situación que se generó con las exigencias y declaraciones del presidente con el cambio de nombre. No tiene sentido, sobre todo cuando acaba de empezar la temporada y ya hay acuerdos por ambas partes. Eso es lo que en realidad sienta mal, el ninguneo que se hace a Lorquí con esas declaraciones. Analizando la situación fríamente, te das cuenta que esto más bien es un capricho y no un club serio.
¿Cómo ha sido la relación con el club durante este tiempo?
Hasta esta situación, ha sido buena, con nuestros tiras y aflojas, pero nada destacable que no pase con cualquiera de las asociaciones del municipio. Yo no tengo ninguna queja y creo que ellos tampoco pueden tenerla con el municipio.
¿Cabe la posibilidad de que este club vuelva a jugar en Lorquí en el futuro?
Rotundamente no, especialmente ahora con el cambio de denominación del club.
¿Hay algún proyecto futbolístico en la localidad que vaya a cubrir ese hueco?
Está preparado un equipo que se gestionará a través de las escuelas deportivas y militará en Territorial. Queremos dar continuidad a los juveniles que terminan este año, quienes, con algún veterano y espero que con Guillermo como entrenador, serán una apuesta casi segura para poder disfrutar de buen fútbol en Lorquí.
Éste es un proyecto con los pies en el suelo y su objetivo no es el de aspirar a volver a 3ª División. Eso ya lo hemos vivido y en parte todo este culebrón se deriva de las deudas que el antiguo Lorquí generó y que motivaron la venta del club para evitar su desaparición. Venta que, por cierto, fue orquestada por la propia junta directiva y que veían en ésta la solución más viable para continuar adelante. Debemos evitar los mismos errores cometidos en el pasado, sin ánimos de grandeza, poco a poco, y cuando se pueda económicamente, dar el salto de categoría.
¿Qué sensación le queda al concejal de Deportes de Lorquí tras toda esta situación?
He tenido mil sensaciones negativas, pero me quedo con la sensación de la primera temporada, cuando Lorquí fue conocido en toda la Región y en España. No hay que olvidar que el fútbol es un espectáculo más, otro show que mueve masas y los ilorcitanos han podido disfrutar un año de triunfos deportivos y un ascenso a 2ª B. Espero que todos nos quedemos con eso, todo lo demás deber servir para hacernos madurar y hacernos crecer un poquito más.